LA GALVANIZACIÓN Y LA CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE

GUÍA PARA PROYECTISTAS – Tom Woolley
(B. Arch. PhD) es un arquitecto e investigador ambiental que vive en Country Down, Irlanda del Norte.

Fecha: 2014-05-17

Es frecuente que los fabricantes y suministradores afirmen que sus productos son “sostenibles” aunque no exista una definición comúnmente aceptada de sostenibilidad.  La definición de Brundtland es, no obstante, la que se cita más frecuentemente: “La humanidad tiene la capacidad de hacer que el desarrollo sea sostenible: el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades” (WCDE 1987).

Esta guía recoge la mejor información hasta ahora disponible sobre la contribución del Galvanizado por Inmersión en Caliente a la construcción sostenible. La información ha sido compilada por un grupo de trabajo de expertos de la industria pertenecientes a la European General Galvanizers Association, bajo la dirección del Profesor Tom Woolley.

Tom Woolley es Arquitecto e Investigador Ambiental.

Profesor de Arquitectura especializado en Diseño Sostenible. Editor del Green Building Handbook. Autor de Natural Building. Chairman de la UK Hemp Lime Construction Products Association y miembro del Ministerial Advisory Group for Arquitecture (Irlanda del Norte) y del Arquitects Registration Board (Reino Unido).

La industria europea de la galvanización general inició sus actividades de respuesta al reto de la construcción sostenible en 2004, con el encargo al Profesor Fabio Iraldo (Universidad Bocconi, Milán) de investigar y documentar las demandas de “compras públicas verdes” y otros factores condicionantes de la agenda de la construcción verde que pudieran afectar a la industria de la galvanización. Los resultados de dicho estudio dieron lugar a diversas iniciativas, algunas de ellas en conjunción con la industria del zinc, con objeto de generar datos medioambientales relevantes y explorar el empleo de la galvanización para conseguir construcciones y edificaciones más sostenibles.



Parte 1
Introducción: ESTA GUÍA PRETENDE AYUDAR A LOS ARQUITECTOS E INGENIEROS Y A SUS CLIENTES A CONSIDERAR CÓMO USAR EL ACERO GALVANIZADO EN EL CONTEXTO DE LA CONSTRUCCIÓN SOSTENIBLE

Esta no es una publicación de marketing o publicidad, sino el resultado de un estudio en el que han participado varios expertos independientes de diferentes partes de Europa y que está basado en estudios científicos y académicos sobre el impacto ambiental de los productos galvanizados y de sus alternativas. Hemos tratado de ser todo lo francos y claros como nos ha sido posible sobre las diferentes cuestiones tratadas, de manera que los lectores puedan obtener sus propias conclusiones sobre la información que se presenta en ella. Nuestra opinión es que todos los fabricantes y suministradores de materiales para la construcción debieran facilitar datos ambientales rigurosos.

Ello, de manera ideal, debiera hacerse siguiendo un formato estandarizado que permitiera realizar comparaciones claras entre las diferentes opciones. En la actualidad la industria de la construcción no sigue ningún sistema unificado para las Declaraciones Ambientales de Producto que se base en las mismas metodologías y, como consecuencia, hay una gran confusión sobre los impactos ambientales de los diferentes productos.

En este documento se comentan las iniciativas más recientes sobre este particular y cómo estas iniciativas influyen sobre la especificación de los materiales y productos.
A nivel europeo hay movimientos hacia una mayor armonización que también se comentan aquí. Es frecuente que los fabricantes y suministradores afirmen que sus productos son “sostenibles” aunque no exista una definición comúnmente aceptada de sostenibilidad. La definición de Brundtland es, no obstante, la que se cita más frecuentemente: “La humanidad tiene la capacidad de hacer que el desarrollo sea sostenible: el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades” (WCDE 1987).

Esta afirmación se utiliza frecuentemente para apoyar casi cualquiera propuesta, desde enterrar los residuos nucleares a extraer el petróleo del Polo Norte y, por ello, se ha devaluado. Sin embargo, interpretada correctamente proporciona una muy buena referencia a partir de la cual juzgar la mayoría de las actividades humanas. En lo que se refiere a la edificación, esto implica que deberíamos ser extremadamente cuidadosos en la utilización de los recursos que son escasos y que no pueden ser renovados, por lo que cualquier construcción debiera proyectarse para durar mucho tiempo o ser susceptible de reciclaje para su posterior utilización.

Además, debería reducirse al máximo el uso de energías de combustibles fósiles y controlar estrictamente la contaminación.
No debería haber ningún tipo de impacto tóxico sobre la salud humana ni interferencia con las actividades cotidianas de la gente.
Para algunos, el empleo del acero y el zinc podría parecer difícil de justificar si la definición de Brundtland se aplicara rigurosamente.
Sin embargo, la humanidad no prosperará si simplemente evita cualquier actividad y no hace nada. Existen grandes problemas de hambre y pobreza en todo el mundo y las infraestructuras deben ser mejoradas para reducir los efectos de los desastres naturales como inundaciones y terremotos. Desarrollo sostenible es abordar estas cuestiones sin dañar el planeta y sin utilizar egoístamente los recursos que ya no estarán disponibles para nuestros hijos o los hijos de nuestros hijos.

Estos problemas suponen retos tan grandes que se requieren medidas radicales para abordarlos. En los países ricos y desarrollados somos complacientes y esperamos tener lo que queremos cuando lo queremos. Esto significa que los recursos no se utilizan de manera sostenible y que el mundo occidental consume una parte sustancialmente mayor de los recursos mundiales que la que le correspondería en un reparto justo.

Medida de los Impactos
Una manera de medir los impactos es utilizar un método denominado huella ecológica. Este método mide cuanto terreno y recursos son necesarios para mantener una determinada actividad (http://www.wwf.org). Según el Living Planet Index 2004 del World Wild Fund (WWF) un tercio de la riqueza natural de la tierra ha desaparecido desde 1972. Esto incluye nuestra vida salvaje, bosques, ríos y mares. Es urgente actuar para detener la destrucción e invertir el daño ya hecho por la humanidad y no puede responderse a este reto adoptando simplemente una actitud de “lo mismo de siempre”.
Por lo tanto, se nos exige revisar cualquier forma de actividad humana e industrial y examinar sus impactos de ciclo de vida y su huella ecológica. Esto no significa que tengamos que retroceder para vivir en cavernas y sobrevivir escarbando la tierra, pero significa interrumpir muchas de las actividades innecesarias y derrochadoras que forman parte de la cultura moderna.

Actividades tales como la construcción de edificios necesitarán utilizar materiales que tengan bajo impacto, quizá utilizando materiales renovables que eviten las emisiones de carbono que procedan de la producción de otros materiales. El vidrio es un buen ejemplo de material que es esencial para los edificios de bajo impacto porque permite la absorción de la energía solar utilizando diseños solares pasivos y permite la entrada de la luz natural, reduciendo así la cantidad de energía necesaria para iluminación artificial. Por otro lado, aunque el vidrio se fabrica a partir de materiales fácilmente disponibles se requiere una gran cantidad de energía para su fabricación.

Es virtualmente imposible construir o renovar edificaciones sin producir algún impacto en el medio ambiente. Se habla mucho de edificios “cero-carbono”, pero estos edificios necesitan también recursos y energía para su construcción. En la mayoría de los casos estos recursos no son renovables y, por lo tanto, no pueden ser repuestos. La sociedad debe tomar una decisión responsable sobre la utilización de dichos recursos no renovables y paulatinamente debemos ser más eficientes en el uso de los recursos en general y responsables en la protección del planeta de la contaminación y los residuos. Como la energía de los combustibles fósiles es cada vez más escasa y costosa, tenemos que encontrar alternativas y utilizar la energía limitada para crear materiales y productos que sean genuinamente sostenibles en el sentido de durabilidad a largo plazo para satisfacer nuestras necesidades de futuro.

CONTINUARÁ en la próxima edición….
Autor: Arquitecto Tom Woolley.