Estación Central de Viena

El techo rombédrico de la nueva estación de ferrocarril de Viena ha merecido el Premio Austríaco de Construcción en Acero. La estructura de la cubierta, cuya dimensión es cerca de seis veces un campo de fútbol, puede ser vista a kilómetros de distancia.

Fecha: 2015-08-31

Fuente: Revista de la Asociación Técnica Española de Galvanización



La nueva estación de ferrocarril de Viena dota un eje central a la red

de ferrocarril trans-Europa, utilizada por más de 1.000 trenes y 145.000

personas cada día. Su espectacular techo de acero y vidrio, de 200 metros

de largo y 120 metros de ancho, se ha convertido en un símbolo de movilidad

y funcionalidad, distinguiendo al edificio de cuanto lo rodea. La estructura

de la cubierta, compuesta de 14 formas diamánticas individuales, se arquea

sobre cinco andenes. Su altura varía entre los seis y los quince metros, por

lo que parece cernida sobre ellas. Cada rombo individual se compone de

barras y nodos. Todo el techo (incluido el dosel) se compone de más de

57.000 elementos, 286.000 láminas de metal y 340.000 elementos de sujeción

escondidos bajo el revestimiento. La creación de la gigantesca estructura fue

un reto exigente para los contratistas y la empresa de construcción Unger

Steel, no sólo desde un punto de vista tecnológico, sino también en cuanto a

la logística del proyecto.

Protección contra la corrosión con acero galvanizado

La complejidad de la estructura del techo resultaba prácticamente imposible

mantener. La solución de diseño consistió en elementos individuales

galvanizados y atornillados entre sí hasta formar el inmenso rombo de

cada subsección de la cubierta. Se evitaba de esta manera llevar a cabo en

el futuro costosos programas de mantenimiento, que supondrían el cierre

temporal de la estación así como complicadas operaciones en cuanto a

seguridad.

Las 14 cerchas de diamante del dosel de la estación miden 76 metros y están

respaldados por un doble soporte cada 38 metros. En el centro del dosel la

estructura se abre como un tragaluz de 6 x 30 metros. Los elementos de

vidrio, integrados, facilitan su transparencia y ayudan a inundar el interior del

edificio con luz del día. Por la noche, una iluminación específica dota al techo

de un hermoso efecto tridimensional. Para el arquitecto, la estación central es

algo más que un importante centro de tráfico: „Es un plato giratorio en una

Viena abierta a Europa. El techo, con su diseño dinámico, su ritmo y la forma

en que parece flotar en el aire, actúa como un sinónimo estructural de Viena,

la ciudad de renombre mundial en la música„