Esta planta tendrá la capacidad de incinerar los residuos de nueve municipios de los alrededores y de varios lugares en el extranjero, esto puede producir electricidad y energía de calor para toda la región de Roskilde.
El diseño de esta planta fue competido por varios arquitectos que ingresaron sus ideas en un concurso internacional de diseño en 2008, pero Erick van Egeraat obtuvo el premio por unanimidad del jurado. Diseñó la fachada con dos capas que proporcionan luz natural en el día y en la noche se iluminan con ayuda de un faro e iluminación programable, que le da al edificio un valor estético adicional a lo funcional.
El edificio está basado en detalles de construcción sencillos y representa una planta de energía hipermoderna y sostenible que además convierte a los residuos de la región en energía.