Sí, efectivamente cómo el título dice, El zinc protege al acero!
Una de las características más destacables del zinc es su capacidad para proteger al acero frente a la corrosión.
La vida y durabilidad del acero aumentan sensiblemente cuando se recubren con zinc. No hay ningún otro material que pueda proporcionar al acero una protección tan eficiente y económica.
Si se deja el acero sin proteger, se corroerá en casi cualquier ambiente. Los recubrimientos de zinc detienen la corrosión del acero de dos maneras: mediante una barrera física y mediante protección electroquímica.
Protección de tipo barrera
Los recubrimientos de zinc proporcionan una barrera metálica continua e impermeable que no permite que la humedad y el oxígeno penetren hasta el acero. La superficie de zinc metálico reacciona con la atmósfera y forma una pátina compacta y adherente que es insoluble frente al agua de lluvia. Los espesores típicos de estos recubrimientos están comprendidos entre 45 μm y más de 200 μm.
Las investigaciones realizadas a lo largo de muchos años demuestran que la duración de esta protección de tipo barrera es proporcional al espesor del recubrimiento de zinc.
Protección electroquímica
El zinc tiene también la propiedad de proteger galvánicamente al acero. Cuando se expone el acero desnudo a la humedad, como ocurre en los bordes de los cortes o en las zonas del recubrimiento dañadas, se forma una pila galvánica. El zinc que rodea estas zonas desnudas se corroe con preferencia al acero y forma productos de corrosión que se depositan sobre la superficie del acero y la protegen. En las zonas desnudas no progresa la corrosión en sentido transversal.
CONTINUARÁ en la próxima edición….